¿Por qué jugar en equipo puede salvar tu organización?


Entornos laborales actuales

Por: Cristina Luna 

En los entornos laborales actuales, marcados por la presión constante por producir, competir y adaptarse al cambio, la salud mental suele quedar en segundo plano. A esto se suma el auge del trabajo remoto, que si bien ha traído beneficios logísticos, también ha debilitado los vínculos entre colaboradores y la sensación de pertenencia hacia la organización. 

Este contexto favorece un fenómeno silencioso pero dañino: la desmentalización, es decir, la desconexión del pensamiento emocional frente a las exigencias externas. Cuando esto ocurre, el malestar psíquico puede pasar desapercibido, pero tiene consecuencias profundas en la salud mental individual, la cohesión grupal y el sentido mismo del trabajo. La creatividad se apaga, se pierde el propósito y se erosionan los vínculos. 

Desde 2019, la NOM-035 en México reconoce oficialmente este malestar como un tema urgente. Según esta norma, las empresas deben fomentar entornos organizacionales saludables que incluyan apoyo social y actividades colectivas que generen sentido de pertenencia. Pero cumplir con esta obligación requiere más que buenas intenciones: implica diseñar intervenciones efectivas que aborden el malestar desde su raíz. 

El juego como experiencia emocional transformadora 

Desde la perspectiva psicoanalítica, pensar y vincularse emocionalmente son procesos que van de la mano. Autores como Wilfred Bion y Donald Meltzer sostienen que el pensamiento nace cuando una experiencia emocional puede ser contenida, transformada y compartida. En otras palabras, si no podemos simbolizar lo que sentimos, nuestras emociones quedan sin elaborar… y eso afecta cómo trabajamos con otros. 

Bion identificó en los grupos ciertos patrones inconscientes de funcionamiento que emergen cuando no se puede pensar: ansiedad, confusión, resistencia. A esto lo llamó “supuestos básicos”. Para salir de estos circuitos repetitivos, hace falta un espacio que permita transformar la experiencia en algo pensable y vinculado. Aquí es donde el juego entra como una herramienta poderosa. 

Meltzer, por su parte, equipara el juego con el soñar: ambas son formas de procesar lo incierto, de digerir simbólicamente lo que aún no tiene forma. En un entorno grupal lúdico, si existe contención analítica, emergen diferentes perspectivas —lo que él llama “vértices”— que pueden ser compartidas, elaboradas y resignificadas colectivamente. 

Team building: algo más que juegos 

Las dinámicas de team building, cuando son bien diseñadas y sostenidas desde un encuadre clínico, pueden convertirse en verdaderos espacios transicionales (Winnicott), es decir, zonas seguras entre lo interno y lo externo donde los equipos ensayan nuevas formas de relación, comunicación y cooperación. 

En el juego grupal surgen transferencias múltiples: hacia el facilitador, los compañeros, el grupo y hasta las reglas del juego. Siguiendo a Lacan, podemos pensar que allí se inscribe la ley simbólica: no como un límite autoritario, sino como una estructura que habilita el deseo, la espera, la pérdida y la colaboración. 

Para que esto sea posible, el rol del facilitador es clave. Debe tener una disposición analítica: tolerar la incertidumbre, alojar la transferencia y sostener el encuadre con presencia y capacidad de contención. No se trata solo de dirigir una actividad, sino de acompañar al grupo a darle forma emocional a lo que emerge. 

Una propuesta para pensar lo organizacional desde el juego 

Mi propuesta articula las ideas de Bion, Meltzer, Winnicott, Hinshelwood y Lacan para pensar cómo el juego puede ser una vía poderosa para transformar el malestar laboral. En lugar de ver las dinámicas de equipo como actividades recreativas aisladas, propongo un enfoque clínico que vea al juego como un contenedor simbólico de emociones, vínculos y sentido. 

En un mundo laboral que fragmenta, acelera y exige, el juego —cuando está sostenido con profundidad— puede reunir, simbolizar y dar dirección. Y en ese proceso, crear espacios donde las personas no solo trabajen juntas, sino también piensen y sientan juntas. 

¿Te gustaría transformar el clima emocional de tu organización? 

En Winikob diseñamos experiencias de team building con una mirada clínica y psicoanalítica. Creamos espacios seguros para que tu equipo se escuche, colabore y transforme el malestar en pensamiento compartido. Escríbenos para agendar una sesión informativa o diseñar juntos una intervención a la medida.  

Bibliografía 

Hernández, G. (2023, octubre 27). ¿Te sientes solo en tu trabajo? El 44% de los mexicanos vive esta realidad. El Economista. Recuperado de https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Te-sientes-solo-en-tu-trabajo-El-44-de-los-mexicanos-vive-esta-realidad-20231026-0105.html 

Bion, W.R. (1980). Experiencias en grupos. Barcelona: Paidós. Capítulo III, pp. 53-65. 

Grinberg, L.; Sor, D.; Tabak de Bianchedi, E. (1991). Cap. 1 'GRUPOS'. Nueva introducción a las ideas de Bion. Madrid: Tecnipublicaciones. pp. 19-36. 

Grinberg, L.; Sor, D.; Tabak de Bianchedi, E. (1991). 'Psicosis', en Nueva introducción a las ideas de Bion. Madrid: Tecnipublicaciones, pp. 37-53. 

Bion, W.R. (1977). Volviendo a pensar. Buenos Aires: Hormé. Capítulo 7: Sobre la arrogancia, pp.119–127. Capítulo 8: Ataques al vínculo, pp.128–150. 

Meltzer, D. (1985). El modelo de la mente según Bion. Revista de Psicoanal., 1, 75–82. 

Bianchedi, Aizenberg y Sor. (1967). 'Concepto de continente-contenido'. Rev. Psicoanal., 24(1), 131–135. 

Grinberg, L.; Sor, D.; Tabak de Bianchedi, E. (1991). 'Pensamiento', en Nueva introducción a las ideas de Bion. Madrid: Tecnipublicaciones / Buenos Aires: Nueva Visión, pp. 53–72. 

Meltzer, D. (1990). Desarrollo Kleiniano. Capítulo VI: Continente y contenido - el prototipo del aprendizaje. Buenos Aires: Spatia, pp. 45–51. 

Meltzer, D. (1986). Metapsicología ampliada. Buenos Aires: Spatia. Capítulo VI: El uso clínico de vértices, pp. 75–80. 

Hinshelwood, R.D. (1999). Parte III. Punto 11. 'Conocer y ser conocido'. Clínica Kleiniana. Valencia: Promolibro. pp. 227–237. 

Dor, Joël. (1995). Introducción a la lectura de Lacan, el inconsciente estructurado como un lenguaje. Barcelona: Gedisa. Caps. 13 y 14, pp. 103–114.  

 

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